
Aun cuando me considero de las personas más mentirosas que conozco, a veces esta necesidad de cortar la vida en fragmentos diferentes como caras en un diamante se hace demasiado agotadora, porque, realmente todo este tipo de modificaciones del comportamiento, ese esconder y sacar pedazos de uno dependiendo de la circunstancia o el espectador es un verdadero fastidio, todo eso sin siquiera contar el manejo de las absurdas estructuras sociales en los diferentes círculos; que montaña de shit! Todo el tiempo caminando como de puntitas entre un campo minado, listo para estallar al momento en que pises la susceptibilidades de alguien; poniendo capa tras capa de barniz sobre lo que sea que alguien pueda llegar a considerar, en algún momento como una ofensa o una falla de carácter, añadiendo cada vez más peso mugre y ruido a la cabeza. Lentamente nos hacemos basureros andantes llenos de porquerías que no son de uno y que solo lo ponen a caminar lento, y luego, gracias a todos los adornos, excesos y tonterías con las que se pone más peso innecesario (and just for the sake of doing things in the way theyr’re supposed to give you less trouble), empieza uno a rodearse de gente que se llena de basura para cuadrar con la basura que uno escogió ponerse encima. Que circulo vicioso más absurdo, ¿cuántos problemas no se ahorraría uno si solo mostrara las capas menos pulidas de su ser sin importar los resultados? Al menos se ahorraría el trabajo de decorar su vida, de tener que contar con lo que pueda ofender a otros, es decir, con evitar admitir públicamente que tan egoísta es uno y actuar en ello, pero que eterno ejercicio innecesario ocultar que ciertamente a uno no le importa si determinada persona se ofende con lo que uno piensa de su idea de lo correcto, o de lo importante, o de lo interesante, solo por sabrá Miruz que deuda inexplicable que parece hemos contraído con absolutamente todo el mundo, y que nos hace creer que les debemos alguna clase de condescendencia. Parece que simplemente todos los procesos creados para evitarse problemas con la gente, o para evitar que lo jodan a uno, terminan siendo otra máquina enorme de energía desperdiciada, otro motivo para convertirnos en el ruido dentro de nuestras cabezas.