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En estos días empecé a pensar en que es lo que me mata de la desesperación. Esa urgencia constante que tengo grabada en la cara interna del cráneo de planear el futuro, de pensar en que voy a hacer, de cómo no desperdiciar el tiempo… bueno, la cuestión es que planear cosas, preocuparse y pensar en el futuro, son de las cosas más estúpidas que puede hacer uno y la forma más efectiva de no hacer finalmente nada. (Hablando de desperdiciar el tiempo…)
Resulta que en la última semana me di cuenta de que todo puede ser como se me ocurra en el instante en el que me canso de planear y empiezo a caminar. Como dicen, the truth about forever. El tiempo solo dura tanto o tan poco como sea necesario. En esta semana seguramente hice más que en los últimos seis meses.
- Vivir con mi mamá… vivir con mi papá… vivir de una maleta… recibir una propuesta de matrimonio… pensar en aceptarla por salir del país, ser ciudadana estadounidense y finalmente tener la puerta abierta a cualquier país … creer, no creer, traicionar, juzgar, hacerse paciente a fuerza de orgullo y por tener la razón; no dormir, no comer, o dormir y comer, aceptar que tal vez si me gustan los dramas koreanos, caminar, estar en la quiebra, huir, no pensar nada importante… extrañar lo que no me gusta, empezar cosas nuevas, olvidar fácilmente lo que tengo más próximo, perder los escrúpulos, hacer lo que me avergüenza, aprender a vivir con un baño sin puerta y una ducha con agua helada… y luego volver a lo de siempre.
Luego, me senté a hablar con una amiga del por qué de tanto agobiarme con las posibilidades y con el qué hacer con mi vida. Para ese momento la idea del futuro ya se me estaba poniendo bien pesada, y la cosa es que todas las ideas son la misma idea, alguna clase de trabajo, alguna clase de título por el reconocimiento social y familiar… realmente no se para seguir con todas esas pendejadas de “las cosa que hay que hacer” ¿para qué? ¿Cuál se supone que es el objetivo? ¿Quién puede decir que vida ha sido realmente desperdiciada? ¿Una trabajando toda la vida, tratando de “progresar” y ser mejor, esforzándose hasta el último soplo de vida? ¿Una en la que no se haga nada, y uno ande por ahí deambulando como zombi espectador? ¿Una en la que uno se entregue a todas las diversiones poco edificantes? ¿Una llena de tranquilidad y paz, comodidad económica y ninguna clase de competitividad intelectual o social de superación? ¿Una con familia y casa y todo lo que se supone que uno hace? ¿Una de apasionada entrega a un sueño colorido? ¿Una de entrega absoluta a la causa de salvar al mundo de algo? ¿Una encerrada en un aparta-estudio chiquito y barato lleno de discos, libros y gatos? …
Si soy honesta, a mi todas me suenan a lo mismo, tal vez unas menos desagradables que las otras, pero todas lo mismo, un caminar eterno en ninguna dirección, sin ningún tipo de verdadero propósito.