Soñé con un jardín mágico, que era igual que en el libro… pero no puedo recordar cual libro. Entonces tomé de la mano a un joven, creo que era el autor, o su hijo, o su descendiente y le demostré que era cierto, que todo lo del libro existía en el jardín, que los árboles caminaban solos, los teclados descifraban los nombres que queríamos escribir, aún antes de que los conociéramos, aun cuando presionáramos teclas al azar. La luz era extraña y nadie iba al jardín, porque preferían el parque de diversiones detrás del muro. Había cardos, aunque no sé lo que son, y flores que crecían como enredaderas por una construcción de madera vieja y grisácea de lo que creo antes era una casa. Sé que amanecía, o atardecía, porque las luces del parque de diversiones se veían por encima del muro, alumbrando débilmente en contraste con el cielo que era entre azul y gris.
Intentamos convencer a las personas de ir al jardín, de que el jardín era maravilloso, pero no recuerdo si lo logramos.
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