Porque nada es más egoísta que hacer algo por el honor de ser la imagen de buena persona que tenemos en nuestras cabezas, aun cuando esto solo lleve a un círculo vicioso de odios por aquellos que nos protegen o protegemos, una atadura estrecha que no conduce a nada, pero alimenta la idea de "lo más correcto", es decir, lo que no produzca culpa. Pero la libertad de la culpa es lo que engendra el odio de la insatisfacción, del desprecio.
luego, al asumir la culpa se rompe la atadura y el caos auto destructivo para no ser un hecho del conjunto, solo queda el auto juicio, la auto condena religiosa; porque si quien es egoísta en el buen sentido es aquel que busca lo bueno, lo virtuoso y lo bello para si mismo, entonces aparece la duda sobre lo bueno y lo bello. si en nuestra mente de romanticismo religioso lo bueno y lo bello es el auto sacrificio, el salvar a otros renunciando a nosotros mismos, se hace confuso que tanto de este deseo de virtud no es mas que la vulgar búsqueda de gloria ciega, independiente de sus consecuencias, pues es bien visto morir intentando... que pasa si este auto sacrificio absoluto en busca de la salvación de alguien solo le acorrala en el torbellino destructivo y déspota de las razones encontradas?
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